Por primera vez en España, se está elaborando un Plan de Adaptación al Cambio Climático para toda la Red de Carreteras del Estado (RCE), un trabajo pionero y ambicioso para hacer frente a los efectos del clima sobre nuestras infraestructuras. Con más de 23.000 kilómetros de carreteras en riesgo por lluvias torrenciales, incendios forestales, heladas, vientos o nevadas, este plan supone un paso decisivo para garantizar la seguridad y la resiliencia de la movilidad del futuro.
Diagnóstico a gran escala
Ineco, en colaboración con el CEDEX y la iniciativa europea JASPERS, está llevando a cabo el análisis técnico de más de 90.000 activos para la Dirección General de Carreteras —entre ellos puentes, túneles o sistemas de drenaje— para identificar su vulnerabilidad frente a siete amenazas climáticas clave. Esta evaluación, que tiene en cuenta diferentes escenarios de cambio climático y tres horizontes temporales (cercano, medio y lejano), se basa en dos parámetros fundamentales: exposición (ubicación geográfica) y sensibilidad (características propias del activo).
Una vez identificados los activos con alta vulnerabilidad, se analiza el riesgo, es decir, la probabilidad de que ocurran fenómenos climáticos extremos y la gravedad de su impacto sobre las infraestructuras.
Soluciones estructurales y no estructurales
A partir del análisis de riesgo, Ineco propone medidas de adaptación en línea con el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021–2030. Estas medidas se clasifican en:
• Medidas estructurales: como el rediseño de infraestructuras (modificaciones en drenajes o túneles, revegetación de taludes), el uso de firmes drenantes o reflectantes, y soluciones basadas en la naturaleza como pavimentos permeables, zanjas de infiltración y estanques de retención.
• Medidas no estructurales: que incluyen sistemas de alerta temprana, planificación del uso del suelo, revisión de planes de emergencia, formación de personal o soluciones financieras como seguros ante emergencias.
Estas medidas se agrupan en un plan de acción que establece prioridades, responsables e indicadores de seguimiento.
Una apuesta por la resiliencia
El Plan de Adaptación al Cambio Climático de la RCE protege infraestructuras, pero sobre todo protege vidas. Asegura el acceso a hospitales, escuelas o centros de trabajo y refuerza la sostenibilidad de un modelo de movilidad esencial para el país. Se trata de una iniciativa que sienta las bases para la adaptación del resto de las infraestructuras del territorio nacional a los retos del cambio climático.
Ineco, a través de su Gerencia de Cambio Climático y Transición Energética, lidera este trabajo estratégico y de referencia a nivel nacional, cuya finalización está prevista para septiembre de 2025. Una muestra más del compromiso de la ingeniería pública con un futuro más seguro, sostenible y resiliente.
